Dignidad e igualdad
Mujeres en el ministerio sacramental
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Las mujeres de la Iglesia Católica Romana están excluidas de todos los ministerios ordenados y experimentan una resistencia increíble cuando intentan reivindicar su igualdad y su dignidad. A pesar de estas resistencias, las mujeres nunca han dejado de exigir su admisión en todos los ministerios sacramentales.
En los últimos años el discurso, las iniciativas, las conferencias y las publicaciones en torno a esta cuestión han aumentado significativamente, señalando la urgencia de las reivindicaciones de las mujeres.
Ellas están denunciando en todo el mundo las tradiciones discriminatorias, las enseñanzas, el lenguaje, las estructuras y las prácticas misóginas que se utilizan para excluir a las mujeres, manteniendo la explotación y el abuso de sus carismas y vocaciones.
Las mujeres esperan del Sínodo respuestas y signos visibles de que la Iglesia se compromete a velar por sus derechos. Exigen que se ponga fin a las tácticas dilatorias del Vaticano e insisten en que la Iglesia debe reconocer sus vocaciones al ministerio sacramental.

Acciones y eventos a nivel mundial
Numerous groups and many women around the world do not want to accept the Pope's harsh "no" or the exclusion of issues relevant to women so they are launching initiatives and campaigns to give women a voice.
Press Statements & Responses
Libros y testimonios
Red y organizaciones

Vida Sacramental
Las personas encuentran la generosa presencia y la gracia de Dios mucho más allá de las expresiones clericales, jerárquicas y "masculinas", que carecen de presencia y espiritualidad femeninas.
Las mujeres, por tanto, recomiendan:
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Abrazar los carismas, las contribuciones y las vocaciones de las mujeres y tomar medidas concretas para facilitar su plena participación en la vida de la Iglesia, incluido un mayor acceso a la educación, capacitación y formación teológica. Celebrar una comprensión abierta y expansiva de la sacramentalidad tal como se experimenta de muchas maneras todos los días. La vida sacramental es ser consciente, y debe responder y vivir la presencia de Dios en el mundo.
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Profundizar nuestras metáforas y lenguaje sobre lo divino y su misterio para que ninguna persona, sin importar su género o identidad sexual, quede excluida. Debemos incluir la sabiduría, la espiritualidad y las nociones de sacramentalidad de los Pueblos Primitivos, de las Primeras Naciones y de aquellas comunidades históricamente oprimidas.
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Transformar el sacerdocio que promueve exclusivamente a los hombres como "otro Cristo" y erradicar el clericalismo a través de una renovada teología del sacerdocio. Esto debe incluir el cambio y la abolición de cualquier formación de seminario que promueva el pensamiento clerical y que aísle a los sacerdotes de las comunidades. Hacer que el celibato sea opcional.
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Abrir espacios para que Dios ‘hable’ y se revele a través de encuentros y acompañamientos sinceros, particularmente para aquellas mujeres que experimentan “silenciamiento” o “invisibilidad” en su Iglesia, aquellas que se sienten llamadas al ministerio ordenado y a las miembros de la comunidad LGBTQ+.
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Abrir todos los ministerios ordenados a las mujeres.
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